Aunque normalmente señalaríamos que los bosques son refugio de multitud de especies, ya que según la FAO, alrededor del 80% de la biodiversidad terrestre de todo el mundo se encuentra en territorio forestal y Naciones Unidas añade que son más de 60.000 las especies de árboles que componen los bosques, en Samos podemos darnos cuenta que también sirven como refugio espiritual o simplemente convertirse en un lugar idóneo para escaparse del mundanal ruido. 

Muchos monasterios, como el de San Xulián de Samos, se ubican en zonas boscosas, buscando la soledad, lejos de la distracción y en busca de un lugar especial para el pensamiento, estudio, recogimiento y oración. Pero no solamente decidían su ubicación por dicho motivo, sino que los bosques eran una fuente de recursos para la alimentación, desde caza hasta recogida de frutos, de recolección de plantas medicinales, para el abastecimiento de madera para construcción, mobiliario, fuente de calor y captación de agua.

A través del Sistema de Certificación Forestal PEFC, los diferentes hábitats se preservan, regeneran y mantienen ahora y en el futuro garantizando, además, la obtención de multitud de productos, bienes y servicios que los bosques nos ofrecen.

Monasterio de Samos

Tan recogido, tan estrecho, tan sepultado está ese Monasterio entre cuatro elevados montes, que por todas partes no sólo le cierran, mas le oprimen, que sólo es visto de las estrellas, cuando las logra verticales…

La disposición del paraje retrata la religión de sus habitadores. La retrata, y aun la influye: porque cerrado por todas partes el Horizonte, faltan objetos donde se disipe el espíritu. Sólo hacia el Cielo tiene la vista desahogo; y así se lleva todas las atenciones el Cielo. Por el ilustre Fray Benito Jerónimo Feijoó.

Samos es el monasterio habitado más antiguo de España. El primer escrito que lo menciona data del año 665. Con 1500 años de vida monástica casi sin interrupción, alberga este Monasterio, la historia de muchos pueblos y hombres que pasaron por él y que siguen pasando, pues es Camino de Santiago. Actualmente está habitado por 12 monjes benedictinos.

Situado junto al río Sarria,  las enormes proporciones del Monasterio de Samos, de 14.000m2, sorprenden a todos los que lo visitan. Sus rústicos y sencillos muros exteriores y sólidos y austeros edificios, construidos con mampostería de pizarra, contrastan con la nobleza y la elegancia de sus claustros de piedra de granito.

Integran el complejo monástico dos claustros de dimensión desigual, unidos entre sí y flanqueados por achatados torreones. Adosados al claustro grande por la parte noroeste, se encuentran su magnífica iglesia y su esbelta sacristía. 

Tres estilos arquitectónicos intervienen en su construcción y ornato de la abadía: gótico, renacentista y barroco. Solamente se conservan como reliquias una portada y elementos aislados del período románico.

El interior del monasterio oculta hermosas creaciones artísticas y estructuras en madera, con impresionantes retablos de diferentes estilos que puedes visitar.

Árboles que dan libros y crean estancias

El Monasterio de Samos cuenta con una gran biblioteca de más de 25.000 volúmenes, algunos de ellos de alto valor histórico. En 1835 con la desamortización de Mendizábal, la mayoría de sus libros fueron trasladados a Lugo, pasando a formar parte del fondo primitivo de la Biblioteca Pública. Al reanudarse en 1880 la vida monástica en Samos, los monjes restauradores lograron rehacer la biblioteca, pero el incendio acaecido en 1951, supuso la pérdida irreparable de algo menos de la mitad de sus libros. A partir de entonces se ha ido reponiendo y acrecentando, aunque, respecto a los fondos antiguos, dista mucho de lo que fue antes de la desamortización. 

La biblioteca es una de las estancias del monasterio que no se puede visitar, pero si podrás ver la farmacia, con su mobiliario de madera para la disposición de los fármacos necesarios o almacén de plantas medicinales.

Fonte: USC

Unos de los tres monjes que permanecieron en el monasterio tras la Desamortización, en 1835, fue boticario. No es difícil imaginar su importancia tanto para la comunidad monacal como para los vecinos de Samos. La labor de sucesivos boticarios que cuidaron de la salud de los monjes y samonenses durante tantos siglos dependía de su conocimiento de las plantas medicinales. La naturaleza era así, una vez más, la principal fuente de recursos. Algunas plantas se cultivaban en el jardín de la botica, originalmente situada en la Capilla del Ciprés y actualmente podrás contemplar su réplica en los exteriores del monasterio.

Fonte: USC

También podrás ver la preciosa puerta de madera que conduce a la celda que habitó el poeta Ramón Cabanillas Enríquez.

Capilla del Salvador o del Ciprés

A unos cien metros del monasterio se halla la Capilla del Ciprés, un humilde y sencillo templo de finales del siglo IX o principios del X, de estilo mozárabe.

Llama la atención del visitante por su pequeñez y su rusticidad. Consta de dos cuerpos de planta ligeramente trapezoidal: nave y cabecera. En él cabe destacar la situación de su puerta en el muro lateral sur, el arco triunfal elíptico con tendencia a la herradura, enmarcado con la pintura de un alfiz; y el ajimez del testero de la cabecera. El retablo barroco con la imagen del Salvador preside el oratorio de la comunidad.

Al pie de la capilla tenemos otro tesoro en forma de árbol también único, un Ciprés (Crupessus sempervirens) de más de 27 metros y un mínimo de 500 años de edad, aunque diversas fuentes indican que podría alcanzar los 1.000años. Está incluido en el Catalogo de árboles singulares de Galicia, al igual que la Castiñeira de Ramil en Triacastela.

Un paseo por el Río Oribio

Los monasterios también buscaban una ubicación muy cercana a los ríos de pequeño caudal, principalmente para la pesca, por ello podrás observar como el Monasterio de Samos está situado junto al río Sarria.

El río Sarria, también denominado río Oribio, se forma con las aguas que descienden de los montes de A Meda, Oribio y Albela, atravesando la capital del municipio y desembocando en el río Neira que es afluente del río Miño.

El lugar que inicialmente se trataba de un pequeño sendero hecho por los pescadores de la zona en procura de un lugar privilegiado para capturar las apreciadas truchas de este río, actualmente se ha convertido en un paseo fluvial de más de tres quilómetros que permite contemplar un hermoso paisaje a la sombre de alisos, abedules, fresnos y sauces.

La vegetación de ribera, además de tener un gran valor paisajístico, tiene una alta importancia ecológica, regulando el microclima del río, asegurando la estabilidad en las riberas, formando un hábitat ideal para muchas especies animales y vegetales, actuando como filtro de sedimentos y sustancias nocivas en el lecho.

El río mantiene una importante población de truchas que comparten espacio con las anguilas. Las anguilas nacen en el Mar de los Argazos y como angulas penetran en el Miño y ascienden con dificultad hasta el rio Oribio. Tras varios años de crecimiento regresan frente a las costas de Cuba y Florida, atravesando el Atlántico en un viaje de unos 8.000 Km, donde se reproducen y probablemente mueren.

El Oribio conserva también una de las últimas poblaciones gallegas de cangrejo autóctono, gravemente amenazado debido a la transformación de los ríos y a la introducción de otros cangrejos.

El Papel de PEFC

A través del Sistema de Certificación Forestal PEFC, los diferentes hábitats se preservan, regeneran y mantienen ahora y en el futuro garantizando, además, la obtención de multitud de productos, bienes y servicios que los bosques nos ofrecen.

Uno de los objetivos PEFC, es proteger, en lo posible, el suelo frente a la erosión, la calidad de las aguas y los bosques de ribera. Para ello, deberán adoptarse las medidas preventivas o correctivas en caso de ser necesarias. 

Para un adecuado mantenimiento y mejora de la función protectora en la gestión de los montes (principalmente suelo y agua), se debe fomentar, entre otras, la utilización de técnicas forestales que no perjudiquen de forma sensible la evolución favorable del suelo, adoptar medidas preventivas adecuadas en aquellas actuaciones con riesgo significativo de erosión, mejorar la gestión de los bosques de ribera, para proteger la calidad y el flujo de las corrientes y, la estabilidad de los márgenes y defender los criterios de gestión forestal sostenible en la elaboración de herramientas de gestión integral de cuencas hidrográficas, especialmente en lo referente al tratamiento y manejo de los ecosistemas forestales.

Iniciativa promovida por el programa “O teu Xacobeo” de la Xunta de Galicia